No solo de las apariencias vive el hombre, entre otras máscaras y maquillajes, también vive de sueños e ilusiones. Y cuando todo parece apuntar a la verdad; surge el cisne blanco, y la multitud estalla gritando ¡ muy bueno ! ... oh,oh,oh,... grandilocuente... sublime... maravilloso... genial... fuera de serie... excelentísimo... formidable... se escuchan vítores, aplausos que no acaban nunca.
A juzgar por las apariencias, el resultado es óptimo, cien por cien original.
Pero lo cierto es que el cisne blanco es un cuervo negro, vacío de alma, extranjero en su cuerpo. Callado como un témpano en el río del tiempo silencioso navega; ninguna espada tiene y se revela; verdadero en la mentira así como en el azul del cielo, sangrando espera y sin esperanzas sueña.
El cisne blanco es un cuervo negro. Y la luna brilla.
Sobre el temple del acero.
domingo, 15 de marzo de 2009
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