jueves, 5 de marzo de 2009

Una ciudad...

Huesos, acero, sueños. La indiferencia y el porvenir. Una ciudad.
Pensamientos que vienen, sentimientos que van. Un reloj sin tiempo. Lo bueno y lo malo.
Una fila de coches en la noche, bajando una colina, vista desde lejos parece un
reptil de vivos colores. Se retuerce sobre si misma, desaparece.
La ciudad contempla. Una jirafa paseando del brazo de un tiburón.
Fuera del cuerpo, la conciencia sopesa la nada. Flota, levita, aguarda. El alma vuela.
La tristeza explota. Paladares con sabor a óxido. Paz interior, bienestar, seguridad.

Por mas que se intente, al final de la calle, otra calle, otra ciudad, el caos.
Humo, polución, trapos viejos, cenizas. Una estación de tren de cercanías.
Tras largas horas de espera, un tiempo muerto. Tres breves segundos. La eternidad.
La gotera de un grifo atravesando el sueño. Realidades maquilladas.
Factorías atestadas pero vacías. La lista podría no tener fin...cementerios,
personas, destinos. Una rosa roja. Una ciudad.

1 comentario:

  1. Una ciudad...parece que todo sucede, ahì, donde sin embargo lo nuestro es pasar.
    Sigo leyendo, Vero.

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